Rock'n'roll started in the USA around 1955. The term 'rock and roll' was actually coined by New York WINS DJ Alan Freed to call rhythm'n'blues done by white boys... so Rock music was not new... it was plain Rhythm'n'blues with another name.
Alberto Borges de Barros aka Betinho was born in Salvador, Bahia, in 1918. His father Josué de Barros was a guitar player by profession and moved to Rio de Janeiro-DF circa 1928, where he used to have his meals at Carmen Miranda's mother's pension on Rua do Commercio. Josué thought he had bumped into an exceptional talented young lady, started rehearsing her and in 1929, took her to Brunswick Records which had just set up shop in Brazil, where she recorded her first single. By 1930, Carmen Miranda was number one at the charts with 'Thaí' (P'ra você gostar de mim).
In 1933, Josué accompanied Miss Miranda and her sister Aurora on tours to Argentina. Josué used to take Betinho along on these trips. Betinho who had been taught to play the guitar by his virtuoso father had the chance to meet jazz musicians who played in bands at local night clubs. He fell in love with American music and decided to stay in Buenos Aires for as long as he could.
Betinho plays the guitar at Rudy Ayala's jazz combo in the 1940s, in Buenos Aires. Ayala's real name Alcides Irineo Ayala, native of Uruguay. Argentine journalist Isaac Krasnoff writes about Alberto Barros for 'Sincopa y Ritmo' in the 1940s. The title 'El negrito Barros' refers to Betinho being in a combo who accompanied Argentine jazz singer Blackie.
El negrito Barros by Isaac Krasnoff
Entre los pequeños conjuntos de 'hot-jazz' que con mas cariño y orgullo recuerdan los aficionados argentinos, se destaca el de Blackie and her Boys. Y alientan aun muchos la esperanza de que vuelva a constituirze con aquellos mismos elementos: Blackie, Jordán, Mastro y Barros, cuatro ases de parejo valor que, asesorados por la autoridad indiscutible de su creador, el infatigable Dr. León Klimovsky, tantas satisfacciones nos brindaran.
La proficua obra en prol del jazz de este 'pioneer', el más pródigo en felices iniciativas comprende valiosisimos descubrimientos de interpretes, pero ninguno reviste caracteres tan notables como el caso del gran guitarrista Alberto Barros. Entregado de lleno a la música brasileña, el pibe ni soñaba en invadir los terrenos de la síncopa, cuando, sin apercibirse casi de su incursión, improvisó cierta vez sobre temas negros, ante el asombro de Klimovsky, quien vislumbrando grandes posibilidades, le encauzó en la ruta de los éxitos.
Su dominio del instrumento, su gran intuición, sus improvisaciones, tanto en la guitarra como en sus personalísimos 'scats', convirtiéndolo de la noche a la mañana en una de las figuras más solicitadas y simpáticas del ambiente.
La personalidad es su mayor mérito. Sí en algún momento sus admiradores (y conste que sus colegas guitarristas son los más fervientes) luego de escuchar uno de sus magníficos solos han asociado su nombre al del formidable Eddie Lang, no han querido significar con ello que Barros lo imita, sino como un homenage espontáneo y unánime al mejor guitarrista argentino de jazz. Y digo argentino porque sua arte y sua simpatia conquistaron a esta tierra que vió iniciar y cimentar sua fama de jazzman.
- Cuando llegó a Buenos Aires, Barros?
En 1933, cuando sólo contaba 15 años de edad y en forma por demás improvisada, y que hasta un cuarto de hora antes de zarpar del vapor, no sabía aún si me embarcaba o no.
- 'Cuente como fué eso'
- Haré un poco de historia. Aunque mi padre es un gran músico, el aprendizaje de la guitarra lo hize por mi cuenta, de oído. Sin embargo, malgrado mi natural pereza (laziness), que aún persiste, llegué a construirme en el acompañante obligado de mi padre, en sus jiras artística por todo el Brasil. Cuando el diário 'A Nação' de Rio de Janeiro, proclamó vencedores de su concurso a Carmen Miranda y Josué Barros como los mejores cancionista y guitarrista, respectivamente, con premios consistentes en 3 contos de reís, contracto para actuar en Buenos Aires, con viaje de 1a y estadía de un mes gratis cada uno, puse en juego todas mis argucias de 'guri' traveso hasta lograr que los donantes me costearan también a mí el medio pasage.
- No había sido tan perezoso (lazy) el muchacho.
- Actuamos con gran éxito en Radio Excelsior y en el Cine Broadway y finalizado el contrato, mientras Carmencita retornaba, nosostros decidimos permanecer otra temporadita que se prolonga indefinidamente.
- Y cuando le picó el mosquito del jazz?
- A los pocos días de estar aquí. En mi búsqueda de connacionales, conocí a varios componentes de la jazz brasileña 'Los Dados Negros' a quienes fuí a visitar varias veces en Radio Stentor, para escuchar la música de mi tierra que intercalaban en su repertorio, haciendo oídos sordos a sus ejecuciones de fox-trot. Cierto día llevé conmigo la guitarra y ubicado frente a un altoparlante, en el hall, me distraía acompañando la orquesta y improvisando variaciones. Continuaron luego con algunos fox-trots y, para no hastiarme, seguí también yo con mis variaciones, aventurandome por primera vez en esa música. Luego después de 'Sweet Sue, just you', oí a mis espaldas unos aplausos tan frenéticos que más parecían provenientes de una claque numerosa que de un sólo par de manos. Era Klimovsky, quien entusiasmado me ofreció una plaza en el conjunto Blackie and her Boys que estaba organizando.
- Y Vd. aceptó de inmediato?
- No me animé sino después de una serie de clases de jazz que me ofreció, ilustradas con las mejores joyas de su discoteca, en especial algunos discos de Louis Armstrong, cuyos sobreagudos me dajaron maravillado.
- Creo que Satchmo, con sus discos, posee el record mundial en la conquista de prosélitos para la música negra y se explica, porque Armstrong es pura esencia del jazz.
- En efecto.
- Vd. debe conservar gratos recuerdos de aquella época. Le agradaría que se volviera a constituir ese conjunto?
- Imagínase. Allí se hacía el más puro 'hot jazz' y llegamos a tal grado de mutura comprensión que generalmente improvisábamos ante el micrófono. En mis posteriores actuaciones, integrando las orquestas de Cóspito, Ayala, Dixie Pals, hube de atenerse a los arreglos preparados, los ensayos, la voluntad del director. Sí no fuera posible era resurrección, formaria muy en breve un conjunto de cuerdas para producir 'swing' improvisado.
- Podría adelantarnos quiénes do integrarían?
- Como no. Los hermanos Gavinovich en violin y bajo, Ahmed Mike, guitarras, mi primo Milton, como base rítmica en guitarra, y you, también en guitarra y en algunos 'scats'.
- Qué podría decirnos del jazz en Brasil, con relación al nuestro?
- Que aquí está mucho más adelantado y arraigado. Los brasileños por razones de raza, tienen quizá más desarrollado el sentido del ritmo por lo cual cuentan con mayor número de discretos guitarristas, drummers y contrabajistas; pero en instrumentos de viento no hay valores destacables. En Buenos Aires, en cambio, se podrían formar muchas orquestas de categoría, con excelentes solistas en cada una de ellas.
- Qué orquesta de jazz porteña le gusta más?
- Mi opinión a ese respecto varía con frequencia, y no porque sea veleta. La inconstancia de los músicos que por distintas causas cambian de orquesta como de camisa, conspira no sólo contra el perfecto afiatamiento de los conjuntos sino que difiere asi mismo el logro de una sólida personalidad para el ejecutante.
- Vaca que cambia é querencia...
- El éxito de Santa Paula Serenaders, mi preferida actualmente, radica en gran parte en esa circunstancia.
- Y de nuestros vocalistas?
- Soy el admirador no. 1 de Lois Blue, la extraordinaria intérprete de hot jazz, de cuyas excelsas dotes tanto se ha dicho y tanto hay aún por agregar.
- En su discoteca, que astro está en mayoria?
- Es tan reducida que no merece esta denominación. Tengo vários ejemplares raros de Lang y Venuti y otros en que intervienen los guitarristas Harris, Kress, Mc Donough etc. y casi todos de los Quinteto de Hot Club de Francia dirigido por Django Reinhardt, uno de mis predilectos. Con él actúa en París un guitarrista compatriota mio que estuvo en Buenos Aires integrando el conjunto Les Loups, a quien Duke Ellington y Louis Armstrong trataron de contratar cuando estuvieron en Europa. Hace unos meses, este virtuoso de la guitarra, de nombre Oscar y cuyo apellído no recuerdo, sufrió un grave accidente que hubiera sido de escasa importancia sí en su afán por cuidar sus valiosas manos, en un movimiento instintívo, no las llevara hacía atrás, sufriendo así heridas en el rostro, la cabeza y el cuerpo que pusieron en peligro su vida.
- Recuerda alguna anécdota suya, Barros?
- Es más bien un pasage tragicómico que me ocurrió el verano pasado en Montevideo, donde en término de 60 horas estuve encerrado la tercera parte de ese tiempo en tres distintos calabozos.
- Drama pasional o asaltante?
- No tanto. Con deseos largo tiempo contenidos de practicar mi a mis anchas mi deporte favorito, la natación en aguas de mar, me alejé más de lo debido de la playa. A los 300 metros oí un solo de pito desde la playa, pero continué nadando haciendo caso omíso. A los 500 mts., aquello era una sinfonía de pitadas y volviéndome divisé una muchedumbre de marineros, policías y curiosos que me hacían señas para que vuelvera. Al llegar traté de hacer creer que ignoraba esa ordenanza, hablando en português y repitiendo el estribillo: 'Eu sou brazileiro'. Lá no Brazil se pode fazer'. Esto me salvó de la multa pero no de permanecer 5 horas a la sombra.
- Y sus posteriores visitas a qué se debe ?
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